Desde el comienzo de la pandemia en México, me indignaron las declaraciones del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell: su insistencia en que la enfermedad no era más grave que la influenza, el exceso de confianza en que todo estaba previsto y el espectáculo teatral de sus apariciones públicas. Hoy, López-Gatell reporta a diario las consecuencias de sus decisiones: más de 134 mil mexicanos han muerto y la pandemia no está cerca de concluir. Nunca he pensado que matarlos haya sido su intención, simplemente el subsecretario se creyó más listo que todos, pensó que la inmunidad comunitaria vendría pronto, con pocos muertos y que con ello lograría una contundente victoria. Sin embargo, hay acciones que, con o sin dolo, resultan imperdonables. Su incapacidad para rectificar el rumbo no tiene justificación. Esa actitud demuestra no solo soberbia e indolencia, también deja claro que su papel es político y no científico. Aunque es tarde para los que ya partieron y para sus familias en duelo, escribo este libro por todas las vidas que aún pueden y deben ser salvadas. Elegí no ser indiferente ante el dolor ajeno. La pandemia era inevitable; las miles de muertes, no». La doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie revela cómo la ineficiente estrategia contra la pandemia llevó a México al primer lugar de letalidad entre las 20 naciones más afectadas por COVID-19. Esta investigación aclara el crimen por omisión que el Gobierno mexicano perpetró contra sus ciudadanos.
Un Daño Irreparable. La Criminal Gestión De La Pandemia En México Ximenez Fyvie,
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